Filosofía de vida

"La mayor barrera para no alcanzar nuestras metas somos nosotros mismos"

lunes, 13 de junio de 2016

Hijos...

Parte de la vida y la Naturaleza es el relacionarnos, crecer, reproducirnos, criar... No debería de ser tan complicado. Cómo es posible que algo que se lleva haciendo desde que existe la vida siga siendo tan difícil. La Evolución del ser humano no es evolución, es Involución, la edad del pavo comienza antes y no termina nunca, las enfermedades no se crean ni se destruyen, se transforman con la forma de vida de la época. Intentamos adaptar el medio a nosotros destruyendo el resto de hábitats. Tenemos toda la información en nuestras manos pero nos pueden manipular como quieran, enseñándonos la que les venga bien. Todo es cuestión de modas e intereses, y cada vez más, la sociedad educa a los jóvenes, haciendo la vida más difícil a los padres.
¿Cómo se le puede hacer entender a alguien que lo mejor para él no es lo que tiene ganas de hacer? Que la recompensa por hacer lo que no le apetece puede llevarle a la otra parte donde se sentirá mejor, que sé que en el fondo es a donde a él le gustaría estar, porque a todo el mundo le gusta conseguir y tener esos pequeños logros del día a día, y sentir que es bueno en algo.
Quizá debería decírselo más, que puede hacer lo que se proponga, que no tiene un pelo de tonto, que todo es organizarse y convencerse a sí mismo de que si que puede y que lo conseguirá, que es un chico inteligente y bueno, que su familia está aquí para apoyarlo, sobre la verdad, la sinceridad, el cariño y el amor.
Que aunque a veces parezcamos un poco estrictos, es por su bien, y en el fondo él lo sabe y es necesario para su desarrollo, no se puede vivir sin normas.
Durante la crianza de un hijo nos preguntamos continuamente si lo hacemos bien, si somos demasiado estrictos, si somos muy permisivos, si el castigo es adecuado, si deberíamos darle más cariño, si lo agobiamos, si se escapa a nuestro control...por lo menos yo, me paso el día pensando, es agotador, y al final del día esperas que él lo aprecie y lo valore, que valore el que hayas pensado en sus vacaciones de verano, buscando campamentos como loca, en como va a recuperar la asignatura, en si necesita unas zapatillas de deporte, en si últimamente no come suficiente fruta, en quién será ese amigo suyo nuevo que parece mayor que él, conforme va creciendo las preocupaciones aumentan, ¡creo que cuando llegue a los 17 me estallará la cabeza!.
Todo esto es solo uno de mis rumiantes pensamientos, en el que sólo espero que alguna de esas veces en las que tengo que ser firme y mantener mi postura en una norma, a él se le pase por la cabeza que todo eso es mejor para él....algo así como, -¡uy! mi madre tiene razón, debería hacer lo que me ha dicho porque será mejor para mí, ella lo hace por mi bien, porque me quiere, me conoce y me apoya. Le haré caso-
:-)


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